Hace aproximadamente un año, acabé comprando un equipo Mac por primera vez en mi vida.
No es que sea un usuario anti-Apple, ya que cambio libremente entre iOS y dispositivos Android, y actualmente uso un Apple Watch, pero mi preferencia por trabajar con Windows para desarrollar mi trabajo es evidente.
Incluso cuando puedo cojo prestado el MacBook de mi esposa para probar una aplicación o truco de macOS sobre el que me toca escribir, no es lo mismo que vivir dentro del ecosistema macOS a tiempo completo.
Pero a diferencia de cualquier usuario medio de Mac, no terminé comprando un portátil MacBook. En cambio, opté por el diminuto Mac mini de Apple, que he instalado en mi escritorio debajo del monitor principal.
Ya sea Windows o MacOS, una cosa que sé con certeza es que soy un auténtico entusiasta de los ordenadores de escritorio. Aunque los beneficios de movilidad que ofrece un portátil son obvios, voy a explicar por qué sigo prefiriendo el PC de sobremesa, ya sea Windows o macOS.
Los ordenadores de sobremesa suelen ser más baratos
El precio de los Mac mini de Apple comienza en los 799 € para un ordenador compacto que dispone de chip M1 de 8 núcleos y 256 GB de almacenamiento. Así, resulta más barato que lo que cuesta actualmente un MacBook Air con especificaciones similares.
Bien es verdad que no estás pagando la pantalla, el panel táctil, la batería, la cámara web y ni tan siquiera el teclado y el ratón. Visto desde otro punto de vista, podrás usar lo que te ahorras en invertir en mejores accesorios para tu equipo de sobremesa.
En cuanto a Windows, tratar de equiparar una configuración de ordenador portátil al de sobremesa mirando el precio resulta más complicado. En general, es posible encontrar PC de sobremesa decentes en el rango de los 499 €.
Si echamos un vistazo a la oferta de portátiles dentro de este rango de precios, podrás ver que no es equiparable en términos de rendimiento. Tampoco el teclado, panel táctil y calidad de construcción son de las mejores que verás en el mercado.
Son mejores para ciertas tareas y aplicaciones
Los equipos de sobremesa son la primera elección cuando se trata de abordar determinadas tareas cotidianas. Por ejemplo, si deseas configurar un servidor Plex o Kodi para grabar TV o transmitir tus contenidos, necesitarás contar con un ordenador funcionando las 24 horas del día.
Lo mismo ocurre si estás lanzando tu propio servicio de automatización del hogar o descargando aplicaciones en tu iPhone. Con un ordenador portátil, perderías el acceso a estos servicios cada vez que el equipo pase al modo de suspensión o hibernación.
Mayor potencia
Tanto Intel como AMD diseñan y comercializan diferente tipo de procesadores en función de si son para ordenadores de sobremesa o equipos portátiles, siendo los primeros mucho más potentes en términos de disipación térmica y refrigeración.
Al fin y al cabo, no tienes que preocuparte por mantener su interior fresco o por el hecho de que se gaste la batería por un gran rendimiento, y puedes usar ventiladores más grandes para disipar el calor que se acumula en el interior.
Así, las prácticas de overclocking en entornos gaming tienen su gran ventaja, con posibilidad de exprimir al máximo la velocidad de reloj de los procesadores sin miedo a que la CPU pueda sufrir un calentamiento.
En el apartado de macOS, Apple claramente está dirigiendo sus procesadores más potentes hacia los equipos de escritorio, como hemos podido ver con la llegada reciente del ordenador de sobremesa Mac Studio, cuyo chip M1 Ultra supera a cualquier MacBook.
Puedes actualizar componentes
Por regla general, apostar por los equipos de sobremesa también tiene sus ventajas a la hora de poder actualizar los componentes internos del PC o Mac y conseguir que siga rindiendo a pleno rendimiento unos años más.
Para añadir más almacenamiento, basta con añadir un nuevo disco duro o cambiar el actual por una unidad SSD NVMe mucho más rápida. Eso significa que puedes mantener los costes bajos en la compra inicial y ampliar el equipo con el paso del tiempo.
Solo algunos portátiles permiten llevar a cabo este tipo de intervención, y los MacBook recientes de Apple no pueden ampliarse de ninguna de las maneras. Tendrás que recurrir al uso de alguna unidad externa como las que te proponemos en nuestro ranking.
También podrás ampliar, en la medida de lo posible y siempre que la placa base te lo permita, la CPU o procesador del equipo. El proceso de ampliación de la memoria RAM es sencillo y no requiere de conocimientos técnicos para llenar sus slots o ranuras libres.
En lo que a rendimiento gráfico se refiere, también puedes ampliar con el paso del tiempo tu aceleradora gráfica, siempre que la encuentres disponible en el mercado, y añadir una más potente que haya salido al mercado, como es el caso de las nuevas RTX 30 de Nvidia.
Siéntate y disfruta al instante
Aunque pueda llegar a sonar muy simple, es verdad que el hecho de tener un ordenador de sobremesa nos permite sentarnos delante y ponernos de inmediato a trabajar. Como la torre o CPU suele ir por un lado y el monitor por otro, puedes adoptar posturas más cómodas durante el uso.
Si optas por añadir pantallas adicionales o accesorios como discos duros externos o NAS, siempre puedes tenerlo configurado para tus copias de seguridad sin preocupaciones de si está encendido y enchufado, algo que sí te sucederá con el portátil.
Si todas estas ventajas son suficientes como para poder sacrificar la portabilidad y movilidad que te garantiza un portátil, a buen seguro que apostar por la compra de un ordenador de sobremesa es una gran idea.
Es un artículo publicado en la publicación hermana PCWorld US.