El primer evento de Apple de este 2022, nos ha dejado grandes novedades en una amplia gama de productos, no solo en lo concerniente a los teléfonos iPhone SE edición 2022 tan esperados, sino también en los iPad Air y en nuevos equipos de sobremesa Mac Studio.
Sin embargo, la gran sorpresa puede que haya sido la introducción de un nuevo procesador Apple Silicon que se posiciona como el más potente de la familia, el M1 Ultra. Está por encima de sus antecesores M1 Pro y M1 Max, con muchos más núcleos de CPU y GPU.
No obstante, el mayor rendimiento de este nuevo chip parece tener truco, puesto que lo que ha hecho Apple ha sido juntar dos chips de generación anterior para conseguir duplicar los números e incrementar el rendimiento.
¿Cómo se traduce esto a efectos de disipación de potencia y eficiencia energética? Veamos algunos datos técnicos facilitados por la compañía para poder analizar en qué consiste esta arquitectura que Apple denomina UltraFusion.
¿Qué diferencias hay entre el M1 Ultra, el M1 Pro y el M1 Max?
Según ha explicado Apple en su evento, mediante la nueva arquitectura UltraFusion, la compañía logra empaquetar dos chips M1 Max en un encapsulado SoC de forma alcanza nuevos niveles de rendimiento y capacidades. Es lo que se ha dado en llamar el M1 Ultra.
De esta forma, el nuevo chip M1 Ultra se estrena en un nuevo equipo lanzado por Apple, que no es otro que el Apple Mac Studio, un equipo muy orientado para profesionales creativos que demandan potencia, manteniendo el rendimiento por vatio intacto.
En su interior cuenta con un total de 114.000 millones de transistores y puede configurarse con hasta 128 GB de memoria unificada de ancho de banda, proporcionando un total de 20 núcleos de CPU y hasta 64 núcleos de GPU.
Para hacernos una idea del incremento de rendimiento, que en ocasiones puede alcanzar el 60 % en determinadas tareas con respecto al predecesor, tenemos que tener en cuenta los datos del chip M1 Max, que dispone de 10 núcleos de CPU y 32 núcleos de GPU.
¿En que consiste la fusión de los chips?
Ya hemos mencionado que para crear el M1 Ultra, Apple combina dos chips M1 Max con UltraFusion, la arquitectura de empaquetado diseñada a medida. Esto ya lo habíamos visto previamente en otras microarquitecturas, por lo que no es nada nuevo.
Lo que sí es verdad es que la forma más habitual de aumentar el rendimiento de los procesadores suele ser conectar dos chips a través de una placa base, usando doble zócalo o incluso escalando a un número determinado. Es habitual verlo en configuraciones de servidores y workstation.
Esto suele acarrear problemas de latencia, además de reducir el ancho de banda e incrementar el consumo de energía. Según Apple, estos factores se eliminan al lograr integrar ambos chips en un mismo encapsulado de chip SoC.
Con UltraFusion, Apple emplea un intermediador que conecta los chips en más de 10.000 señales, lo que proporciona en torno a 2,5 TB/s de ancho de banda, más del cuádruple que la tecnología de conexión multichip empleada por otras arquitecturas.
¿Cómo se comporta el sistema operativo?
Si por algo destaca el M1 Ultra es por el hecho de mostrarte ante el sistema operativo como si se tratase de un único chip, de manera que el software lo reconoce como tal, siempre que tengas en tu equipo la última versión de macOS Monterey.
Los desarrolladores no tienen que reescribir código para poder beneficiarse del rendimiento. Tecnologías de desarrollo como Metal permiten sacar el máximo provecho al chip, y las optimizaciones de Core ML utilizan el nuevo Neural Engine de 32 núcleos para ejecutar modelos de aprendizaje automático.
¿Cómo aprovechará este chip los entornos de virtualización? ¿Qué rendimiento ofrecerá ejecutando Windows 11 en modo virtual? Estamos deseando poder dar respuesta a todas estas cuestiones, algo que haremos una vez podamos probar los nuevos equipos Mac Studio.