Siempre que hablo de gafas inteligentes, me responden diciendo cosas como: “¿Quiénes las necesita?” o “¿Qué sentido tienen?”. De hecho, me ha pasado varias veces la semana pasada, cuando Facebook y Ray-Ban anunciaron las Ray-Ban Stories y con el lanzamiento de las gafas inteligentes de Xiaomi.
Tanto es así que me pregunto si soy el único que les ve potencial y que, si todo el mundo, si se me permite la broma, no consiguen ver más allá.
Reconozco que la oferta actual no es muy atractiva, pero como ocurre con cualquier tecnología, las gafas inteligentes tienen que aprender primero a andar antes de ponerse a correr. Al fin y al cambio, no abandonamos las líneas fijas por completo cuando llegó el iPhone.
Cuando se anunció el Apple Watch, hubieron quejas parecidas. “Si necesito comprobar mis notificaciones, puedo mirar el móvil”. “No necesito apps en mi muñeca”. Saltamos a 2021 y hay más de 100 millones de usuarios de Apple Watch, y muchos que utilizan alternativas como el Samsung Galaxy Watch 4 y los Fitbits, que se sitúan entre un smartwatch y una pulsera de actividad.
La cuestión es que a la gente no le gustan los cambios y suelen desestimar los nuevos dispositivos sin pensárselo. Y el problema es que todavía queda para ver unas gafas inteligentes que sean realmente atractivas.
Por ahora, solo hemos visto un poco lo que las gafas inteligentes podrán llegar a ser.
El otro problema es que se está tardando más de lo que puede aguantar nuestra paciencia. Si vamos a principios de los años 2010, las gafas inteligentes no hacían mucho ruido, a excepción de las Google Glass que, a toro pasado, vemos que eran unas avanzadas a su tiempo.
Salieron a la venta en 2014 pero, por varias razones (entre las cuales hay su elevado precio y una experiencia de usuario inferior a la esperada), Google abandonó el proyecto. Con el paso de los años, empezaron a aparecer gafas inteligentes sencillas como la primera generación de las Snapchat Spectacles.
Aunque las gafas inteligentes de Snapchat eran poco más que una cámara de acción sujeta a unas gafas de sol, le dio la oportunidad a los usuarios de Snapchat de grabar sus recuerdos sin tener que sacar el móvil de su bolsillo, ofreciendo una forma mucho más natural de capturar momentos desde su punto de vista.
No fueron un éxito de ventas, principalmente por su alto precio, una campaña de marketing extraña y ciertos problemas con la tecnología, pero yo me enamoré del concepto. ¿Quién no querría capturar momentos importantes, como una pedida de mano, sin tener que estropear el momento poniéndole la cámara del smartphone en su cara?
Este es solo una de las maneras en las que las gafas inteligentes podrían sustituir los móviles, pero hay muchas más. La compañía de sonido Bose también vio potencial y lanzó las Bose Frames, unas gafas robustas que utilizan la tecnología Open Ear Audio de la compañía y conectividad Bluetooth para que puedas escuchar tus canciones favoritas sin tener que usar auriculares o earbuds.
Huawei colaboró con Gentle Monster como mínimo en dos ocasiones para hacer gafas inteligentes, y otras marcas probaron suerte (incluida Fauna), pero ninguna de ellas tuvieron un éxito relevante.
Más recientemente, Facebook y Ray-Ban han colaborado para crear una especie de mezcla entre las Bose Frames y las Snapchat Specs a la que han llamado Ray-Ban Stories.
Partiendo de la captura del punto de vista del que las lleva de gafas inteligentes anteriores, estas gafas inteligentes tienen dos cámaras de 5MP para capturar vídeo y hacer fotos, que puedes utilizar o bien con un toque o con tu voz mediante el asistente virtual de Facebook, pues hay un conjunto de tres micrófonos.
Y con los altavoces integrados en las patillas, también puedes hacer llamadas y escuchar música.
Es el siguiente paso de la evolución, y trae varias tecnologías en un solo producto. Siguen siendo sencillas y las gafas de sol son caras con un precio de 329 €, pero nos acercamos a un hito importante en el desarrollo de las gafas inteligentes.
Incluso se rumorea que Apple está trabajando en unas gafas inteligentes. Parecen sacadas de una película de ciencia ficción, con unas pantallas incluidas en los cristales y con capacidades de realidad virtual que une el mundo virtual y el real en uno.
Como habrás podido adivinar, no se espera que se lancen hasta dentro de unos años, y Apple aún no ha hecho ninguna confirmación oficial.
Una compañía que sí que ha hablado del futuro de sus gafas inteligentes es Xiaomi.
Las Xiaomi Smart Glasses todavía no pueden comprarse, pero la compañía ha explicado el producto conceptual en mucho detalle, describiéndolas como unas gafas que pueden recibir notificaciones, hacer llamadas y mandar mensajes, sacar fotos e incluso darte indicaciones gracias a la tecnología óptica MicroLED avanzada, lo que significa poner una pantalla transparente en uno de los cristales.
Y todo ello sin la necesidad de tener un smartphone.
Xiaomi asegura que las gafas tendrán un peso de solo 51 g cuando lleguen al mercado, lo que significa que no serán tan poco manejables ni tan gruesas como la gran mayoría.
Por lo que a mí respecta, las gafas inteligentes como estas podrían eliminar la necesidad de tener un móvil o un smartwatch.
En vez de utilizar Google Maps en tu móvil, podrás ver las indicaciones directamente en el mundo que te rodea cuando te hagas con una de estas gafas inteligentes.
Podrás ver las notificaciones que recibes, que te aparecen delante de tus ojos, lo que permite una interacción más natural con la gente en un mundo increíblemente digital.
Podrás hacer fotos y grabar vídeos de alta calidad desde tu punto de vista y podrás compartirlos en tus redes sociales sin tener que sacar tu móvil del bolsillo y abrir la app de la cámara.
También hay potencial para el gaming. Niantic, el creador de Pokémon GO, avanzó la imagen de abajo a principios de año donde vemos sus propias gafas de RA. Está trabajando con varias compañías como Microsoft y Qualcomm para traer sus juegos de RA.
Si miramos incluso más allá, veo un futuro donde las gafas inteligentes de RA se convierten en muy populares no solo en la vida en general, pero en la industria y la educación.
Imagínate un aprendiz de mecánico mirando el motor de un coche, pero en vez de tener que aprender de documentos técnicos, las gafas inteligentes le muestran qué es cada componente y subraya posibles problemas en la vida real.
Los arquitectos podrían diseñar edificios y compartir maquetas digitales con sus compañeros, todo ello visible en el mundo aumentado que ha sido hecho posible gracias a las gafas inteligentes.
De hecho, es exactamente lo que ocurrió con las Google Glass después de su fracaso comercial. Pasaron a venderse para un uso en empresas y en la industria. Así, incluso si tienen que pasar unos años para que las gafas inteligentes maduren lo suficiente para que integremos esa tecnología en nuestras vidas, sin duda tiene potencial en el mundo empresarial.
En su día, la privacidad era una de las dificultades de las gafas inteligentes y es una de las razones por las que las Google Glass fueron prohibidas en ciertos espacios públicos. Aún así, eso no ha impedido que las compañías sigan desarrollando nuevos modelos con cámaras.
Puede ser que la gente pueda tolerar que cualquier persona pueda sacar un smartphone de repente y hacer una foto en cualquier momento, pero no que las gafas inteligentes puedan grabar durante todo el rato.
Los fabricantes están intentando que sea más evidente cuando las cámaras están activas incluyendo LEDs, pero eso solo sería útil si la persona que está siendo grabada sabe qué significan esos LEDs.
¿Llegarán las gafas inteligentes a no tener cámaras? ¿O hay alguna forma mejor de proteger la privacidad, como con obturadores que cubren las cámaras cuando no son utilizadas? Habrá que esperar y ver lo que pasa.
Lo que yo veo, aunque parezca obvio, es que las posibilidades son infinitas. Eso es lo que más me emociona de las gafas inteligentes: no es el ahora, sino lo que podrían ser.
Debo admitir que las gafas inteligentes de la actualidad están muy lejos de lo que podrían ser, pero confío en que, un día, miraremos atrás y nos mofaremos de la idea de utilizar un smartphone o un smartwatch.
Artículo original publicado en Tech Advisor.