Cada vez que Intel® anuncia la disponibilidad de nuevos procesadores, en este caso para las configuraciones de ordenadores de sobremesa orientadas al área gaming, son muchos los usuarios que se hacen la siguiente pregunta: ¿merece la pena actualizar mi PC?
Los saltos generacionales van muy de la mano de los avances en microarquitectura y del proceso de fabricación de los chips, alternando ambos con el fin de que el fabricante pueda mejorar la eficiencia energética y el rendimiento de sus procesadores sin que la disponibilidad se vea afectada.
De esta forma, los nuevos Intel® Core™ de 11ª generación, conocidos por su nombre en código como Rocket Lake-S, mejoran el valor IPC (instrucciones por ciclo de reloj) en un 19 % con respecto a los anteriores, asumiendo un mayor número de operaciones aritméticas en un mismo ciclo de reloj.
El hecho de utilizar el proceso de fabricación de 14 nm con menos núcleos de CPU ha permitido a la compañía contar con un mayor espacio en la oblea de silicio para ofrecer una arquitectura híbrida, integrando los gráficos Intel® Xe Gen12 del proceso FitFET de 10 nm, los cuales son mucho más avanzados y eficientes.
Lo que para algunos pueda suponer un paso atrás en el recuento de núcleos total de CPU, se ve compensado con un aumento en la eficiencia de IPC, con un rendimiento en gráficos que hasta ahora no se había producido en generaciones previas con Intel® UHD.
Intel emplea los núcleos X3 de las CPUs de sus chips para portátiles Tiger Lake de undécima generación, así como el motor de medios más avanzado de Tiger Lake con el que aumentar el PCI Express 4.0 hasta un máximo de 20 líneas y poder decodificar códecs de siguiente generación como los AV1.
Esto les hace ser especialmente eficientes en aspectos como la renderización de imágenes y la transcodificación, consiguiendo un extra de rendimiento en gráficos que llega a ser del 50 % en muchas de las situaciones que están alineadas con la reproducción de juegos.
La nueva serie Intel Core™ i9 y Core™ i7 queda formada por procesadores con 8 núcleos y 16 hilos de ejecución cuyas velocidades alcanzan los 5,3 GHz para los más exigentes en el apartado gaming.
Por debajo se encuentran los Core™ i5 con 6 núcleos y 12 hilos, o los Core™ i3 con 4 núcleos y 8 hilos como opción más económica, todos ellos con velocidades que pueden escalar hasta los 4,4 GHz gracias al despliegue de tecnologías como Intel® Turbo Boost o HyperThreading.
Deep Learning mejora el uso de instrucciones
Para que la nueva familia de procesadores logre ofrecer una mejora de rendimiento de doble dígito es crucial que el chip pueda manejar nuevos algoritmos, para lo que entra en acción la tecnología Deep Learning Boost, también conocida como DL Boost.
Intel dota por primera vez a sus procesadores de equipos de sobremesa de la capacidad de trabajar con instrucciones vectoriales de 512 bits AVX-512, una tecnología heredada de la gama de chips para servidores con la que se dota de una mayor capacidad de cálculo.
En esencia, estas bibliotecas también permiten que cálculos matemáticos complejos sean procesados como cálculos de redes neuronales simples, lo que aumenta el rendimiento y libera al procesador de arduas tareas para disminuir el consumo de energía.
‘Overclocking’ flexible
Más allá del rendimiento indicado, los entusiastas de los juegos en PC están de enhorabuena dado que esta nueva 11ª generación Intel® Core™ ofrece una experiencia mejorada con el overclocking, con posibilidad de ajustar multitud de parámetros.
De entrada, esta familia de chips adopta formalmente el overclocking de la memoria RAM del sistema, aplicable en tiempo real y de manera transparente para el usuario. Bajo interfaz Windows, podemos ajustar parámetros de potencia, velocidad o voltaje, llevando la máquina al máximo de sus posibilidades.
Los módulos de memoria compatibles con Intel® XMP del tipo DDR4-3200 vienen con configuraciones óptimas predeterminadas, de manera que las placas base pueden detectarlas y ajustarlas para sacar el máximo provecho del hardware con un impacto inmediato en el rendimiento general del equipo.
Muchos juegos actuales con títulos como Civilization VI, Assassin’s Creed Odyssey o Horizon Zero Dawn consumen grandes recursos del sistema. Si eres de los que juega, retransmite y graba sus partidas simultáneamente en modo multitarea, esta nueva generación de procesadores está pensada para ti.