Google lanzó el navegador web Chrome en 2008, unos seis años después de que apareciera Firefox. Usaba, y sigue usando, el software de código abierto de Chromium y fue una grata sorpresa en cuanto a velocidad y usabilidad.
Siguen habiendo ventajas de usar Chrome (la forma en la que se integra con los propios servicios de Google, la amplia oferta de extensiones), pero podría decirse que en la actualidad hay más inconvenientes.
Durante mucho tiempo, Chrome fue el mejor navegador Chromium del mercado, pero eso ya no es así. Se ha convertido en un software inflado y utiliza mucha memoria en Windows 10. Si tienes muchas pestañas abiertas, le pasará factura a tu ordenador.
Otros navegadores web, incluidos aquellos basados en Chromium como Brave o Microsoft Edge, no tienen este problema.
Privacidad
Pero esto llega a ser casi un mal menor comparado con el gran inconveniente de Chrome: la privacidad. O, mejor dicho, la ausencia de ella. Eso no debería ser una sorpresa: el negocio de Google se basa en los datos y en poder recolectar el máximo posible.
Utiliza Chrome y el motor de búsqueda predeterminado es, por supuesto, Google. Es el mejor del mercado pero las búsquedas que hagas por escrito o por vez se almacenan y son usadas para ofrecerte anuncios lo más relevantes posibles.
Puede que veas esto como una ventaja, pero a la mayoría de gente no le gusta que su actividad sea rastreada y le muestren anuncios de productos que acaban de buscar.
¿Los adblockers que puedes conseguir para Chrome? Google no les permite bloquear todos los anuncios. Algunos sí, pero no todos.
Puede que no sepas que hay muchos navegadores web diseñados teniendo siempre presente la privacidad. Brave, como ya he mencionado, es uno de los más conocidos.
Aseguran que es 3 veces más rápido que Chrome, que utiliza hasta un 35 % menos de batería en móvil y que tiene mejor privacidad que Firefox (con la configuración predeterminada)
Junto a Brave encontramos a Opera, que es una opción infravalorada por lo que tengo entendido. Bloquea anuncios y rastreo, y tiene una VPN integrada, lo que resulta ideal cuando usas una red wifi pública o incluso para desbloquear Netflix.
Es muy básico, pero al ser gratis y al poder activarlo sencillamente en los ajustes, no podemos quejarnos. Ten presente que el navegador Touch de Opera para iOS y Android no tiene la VPN, pero sí que bloquea anuncios y rastreadores.
Otra opción es Secure Browser de Avast, basado en Chromium. Bloquea anuncios por defecto, pero puedes elegir que solo bloquee los más intrusivos.
Tiene prestaciones de privacidad extra, como evitar que las páginas web puedan identificarte según el perfil de tu navegador web, y también te avisará cuando tu dirección de correo electrónico se filtre en Internet.
También te alerta de páginas web peligrosas por defecto, avisándote antes de que hagas clic en enlaces que podrían ser dañinos. También fuerza a las páginas web q utilizar encriptación para proteger tus datos.
Hay integración con el servicio VPN de Avast, pero no es gratuito, te tienes que suscribir.
Puedes seguir usando Gmail, Google Docs y otros servicios de Google en estos navegadores; no son exclusivos de Chrome.
Obviamente, hay muchos más navegadores excelentes. Al ser gratuitos, puedes probarlos todos.
Consejos para navegar online de forma anónima
1. No utilices el buscador de Google
Utilizar un “navegador privado” como los mencionados al principio es una buena forma de empezar. Pero deberías evitar configurar Google como el motor de búsqueda predeterminado si no quieres que Google sepa lo que estás buscando.
2. No confíes en el modo de navegación privada: utiliza una VPN
La gente piensa, y no lo juzgo, que tener una pestaña privada (el modo incógnito en Chrome) significa que su actividad es privada. No lo es. Eso solo significa que tus búsquedas y las páginas que visitas no quedarán registradas en el historial.
Tu proveedor de servicios de Internet podrá ver esa información y, si tienes abierta la sesión en tu cuenta de Google, Google también sabrá lo que estás haciendo.
Utiliza una VPN, que encripta tu información, para evitar que tu ISP pueda ver qué páginas webs visitas.
3. No tengas la sesión abierta en tus cuentas
Algunos servicios VPN aseguran que pueden hacerte anónimo. Pero eso debe ponerse ir acompañado de un gran asterisco, con un aviso de que si inicias sesión (en Google, Facebook, Amazon o cualquier otra web), el servicio sí que sabrá quién eres.
No tiene ningún sentido usar una VPN si tienes tu cuenta de Google abierta. Eso no evitará que Google no registre tu actividad.
Obviamente, si quieres anonimidad, tendrás que renunciar a lo conveniente que resulta, así que deberías querer realmente ese nivel de privacidad.
Artículo original publicado en Tech Advisor UK.