A estas alturas del año pasado, escribí una columna titulada Si te han regalado un Pixel 4 por Navidad, probablemente deberías devolverlo. No quería escribirlo. Desde que llegó el primer Pixel en 2016, he apostado por el triunfo del móvil de Google. Ninguna otra compañía está en esta posición, casi al nivel del iPhone, de integración de hardware y software y una experiencia inigualable en cualquier otro móvil Android.
Por mala suerte, Google no ha sabido encontrar la fórmula. Las piezas están allí (procesador buque insignia, cámaras fantásticas y actualizaciones de Android regulares), pero el diseño siempre ha dejado mucho que desear, las prestaciones no son siempre útiles y la batería solo está bien. En el Pixel 4, los sacrificios fueron muchos.
Pero puede que las cosas vayan a cambiar. En 2020, Google cambió su estrategia con el Pixel 4a y el 5, y los resultados fueron sorprendentemente buenos. Por un lado, el diseño fue fantástico, con un marco ligero, biseles delgados y una trasera texturizada.
Pero los cambios más interesantes los encontramos dentro: Google optó por el Snapdragon 765G de gama media y no el 865, y el Pixel no salió perjudicado. Es rápido, sigue ofreciendo la experiencia Android más pura y todavía saca mejores fotos que móviles que cuestan mucho más. También abre el Pixel a un nuevo mundo de posibilidades.
Gama baja, clase alta
Puede que el Pixel fuera solo un sueño para Google cuando lanzaron Android One en 2014, pero ambos proyectos están cortados por el mismo patrón. El objetivo de Android One era traer una experiencia Android pura a móviles de gama baja que solían estar llenos de bloatware. Los móviles Pixel son básicamente móviles Android One de alta gama. Incluso con mejores componentes y pantallas, el foco está en el software.
Ese énfasis en el software, no obstante, es en gran parte la razón por la cual los primeros móviles Pixel no tuvieron demasiado impacto. Los diseños no concordaban con el alto coste, especialmente al compararlos con terminales de precio similar de Apple y Samsung. Es por eso que el Pixel 3a y 4a han vendido más: el precio bajo tiene más sentido.
Con el Pixel 4a, 4a 5G y 5, Google está creando un mejor equilibrio entre el hardware que la gente quiere y el software que la gente necesita. Con Android One, Google “estaba trabajando estrechamente con fabricantes de móviles y procesadores… para fabricar móviles que no solo es un placer de usar, sino que son también asequibles”, un mantra que ha triunfado en los Pixels de 2020.
Es mucho más que ofrecer un precio bajo o un chip más lento. Por primera vez en un móvil de Google, el Pixel 5 es un móvil construido solo para ofrecer la potencia de Android sin preocuparse de partes de alta gama o los competidores con precios altísimos.
El Pixel 6 podría llevarlo un paso más allá. La gama de 2020 fue un poco confusa con el Pixel 4a 5G y el Pixel 5, especialmente porque el 4a 5G tiene una pantalla más grande que el 5. Google tiene mucho que mejorar ahora que ha establecido el Pixel como un dispositivo de gama media.
Se empieza con el procesador. Mientras que Qualcomm todavía no ha anunciado el sucesor del 765G que encontramos en el Pixel 4a y el 5, circulan rumores de que Google estaría trabajando en su propio procesador.
Axios dijo que “Google recibió las primeras versiones funcionales de su chip” y que podría estar pronto para 2021. También aseguró que el chip “incluirá hardware optimizado para la tecnología de aprendizaje automático de Google”, y que parte del chip se centrará en “mejorar el rendimiento y las capacidades de siempre activo del Asistente de Google”.
Si Google está intentando competir con la velocidad del Snapdragon 888 de Qualcomm, soy un poco escéptico. Pero con las optimizaciones de Android que Google ya ofrece en sus móviles, un chip diseñado exclusivamente para el Pixel 6 podría traer una experiencia similar a la que Apple ofrece con el iPhone. Eso podría ser lo que el Pixel 6 necesita para destacar en 2021.
Una cámara que no puede ser superada
Si hay un departamento en el que el Pixel siempre ha brillado, este es la cámara. Mientras que otros fabricantes de móviles han añadido tres o cuatro lentes para mejorar la experiencia fotográfica, Google ha hecho la mayor parte de su trabajo en el procesamiento. Cosas como Night Sight, Super Res Zoom y Live HDR+ compensan por la ausencia de hardware de última generación.
Los dos últimos móviles Pixel se han topado con una especie de barrera de la innovación. Aunque el Pixel 5 sigue haciendo unas buenas fotos por tratarse de un smartphone (a cualquier precio), no hay mucho que pueda hacer que no pueda el Pixel 4a por menos dinero. Sí, el Pixel 5 tiene una lente ultra gran angular, pero la experiencia con la cámara en general parece que está a punto para un gran avance en 2021.
Google ya ha demostrado que no necesita especificaciones de alta gama para ofrecer una experiencia premium con sus cámaras, y el Pixel 6 sería una buena manera de hacerlo. Cambios sencillos como añadir un teleobjetivo o un mejor sensor en la cámara principal ayudarían a cimentar el Pixel como el smartphone con mejor cámara.
Google se ha dormido un poco en los laureles, y otros móviles han conseguido atraparlo en mejoras en el modo de noche y el modo retrato. Un salto en el rendimiento de la cámara en 2021, especialmente a un precio bajo, le ayudaría a reclamar el trono.
Aprovechando la ventaja Android
Finalmente, tenemos a Android. Con actualizaciones oportunas, nuevas prestaciones cada trimestre y prestaciones exclusivas y que lleguen primero a Pixel, Google ha posicionado al Pixel como la máxima experiencia Android a cualquier precio. Esta relación solo va a ser más estrecha con Android 12.
Dejando a un lado las prestaciones y optimizaciones, creo que Google que va a hacer que las actualizaciones Android garantidas con el Pixel pasen de tres a cuatro o incluso cinco años.
Después de que Samsung prometiera tres años en 2020, y Qualcomm anunciara que con el procesador 888 daría soporte para actualizaciones de cuatro años, el Pixel necesita destacar sobre el resto.
Años de actualizaciones oportunas es uno de los puntos fuertes del Pixel. Un mismo nivel de actualizaciones garantizadas como el iPhone lo convertiría en un campeón sin precedentes.
Las decisiones de Google con los Pixels de 2020 fueron realmente sorprendentes, pero no creo que signifiquen que ya no quiera que su terminal sea un influencer en el universo Android. Todo lo contrario: con unos cambios en 2021, el Pixel podría finalmente convertirse en el móvil que siempre tendría que haber sido.
Artículo original publicado en PCWorld US.