Cuando probamos el Pixel 4 y el Pixel 4 XL el año pasado, los criticamos por tener una autonomía de la batería desastrosa. Nos quedamos muy sorprendidos, al igual que el resto de los medios tecnológicos, que Google hubiera dejado de esforzarse en ese territorio.
El Pixel debería ponerle las cosas difíciles al iPhone y su dominio de la industria. Debería ser una alternativa potente a los Galaxy S, pero en realidad no puede ofrecer ¡ni un día completo de autonomía de batería!
¿Pero y si ese no era su objetivo? ¿Y si la gama Pixel es para Google como una especie de zona de recreo donde poder probar ideas a menudo extravagantes que solo de vez en cuando terminan por aplicarse?
El diseño monocromático del primer Pixel, los problemas de la pantalla del Pixel 2 XL, la gestión de la RAM del Pixel 3 (y el enorme notch del Pixel 3 XL) y ahora la terrible autonomía de batería del Pixel 4 son una muestra de que suele haber al menos una razón de peso para no comprar un móvil Pixel, incluso si tener dos años de software y tres años de actualizaciones de seguridad puede ser tentador.
De hecho, bien podríamos decir que el mejor Pixel hasta el momento es también el más barato: el Pixel 3a. Dispone de un software, actualizaciones y cámara fantásticos sin ninguna de las desventajas.
Google suele coger una nueva dirección con cada Pixel lanzado, en vez de fabricar una versión mejorada de la última generación. No creo que esto se así por casualidad.
Autosabotaje
Todos los móviles Pixel siguen un mismo diseño que, generación tras generación, resulta en una mezcla de ideas para hardware construidas alrededor de un software decente. Es precisamente el hardware lo que decepciona frente al excepcional software Android de Google, hasta tal punto que es más fácil recomendar el OnPlus como una alternativa mejor y más barata. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí?
El primer Google Pixel parecía más bien un dispositivo de referencia en su parte delantera, aunque con una atractiva parte trasera mitad de metal y mitad de cristal. Fue lanzado con un excelente sistema Android sencillo, que funcionaba bien, y una cámara mucho mejor que la del iPhone 7. Fue un buen inicio.
Pero un año después, las mejoras del Pixel 2 se centraron todas en el software, con una mejorada y excelente cámara que ya nos avisó de que la fotografía computacional en móviles había llegado para quedarse. Pero este móvil pequeño era rechoncho, cuadrado y feo con un bisel muy grueso, y además la pantalla del 2 XL tenía un color azul extraño y efecto fantasma. En ese momento, el gran atractivo del Pixel se había construido alrededor de su cámara principal, pero ni eso consiguió que encabezara las ventas.
Google no se esforzó mucho en hacer que el Pixel fuera vendido en las tiendas de los principales operadores, algo extraño si se tiene en cuenta que se trata de la compañía propietaria y distribuidora de Android. ¿Quería Google vender móviles?
Con cuidado
Cuando llegó el Pixel 3 a finales de 2018, parecía que la cosa mejoraba y las reviews del móvil fueron más positivas, a pesar de que el 3 XL tenía un notch innecesariamente grande que parecía el hocico de un perro. Ahora bien, pronto apareció un problema en la gestión de la RAM de los dispositivos mientras otros fabricantes de Android no tenían ningún problema en evitarlo. ¿Por qué no conseguía Google hacer que su propio software funcionara bien en su hardware?
Eso demuestra que, solo porque Google es propietario y distribuye Android, eso no significa que pueda fabricar su propio hardware y obtener un producto perfecto. Como dice el dicho tecnológico, ¡“hardware is hard”! (es decir, “el hardware no es fácil”). Puede que Google esté yendo con cuidado para no ofender socios como Samsung al no fabricar hardware que sea una clara copia de, por ejemplo, la gama Galaxy S.
En efecto, el diseño del Pixel 4 con una parte trasera mate, un módulo de cámara cuadrado y la no presencia de notch está bastante lejos de lo que ofrece hoy Samsung. El Pixel 4 añadió el radar para permitirte pasar de canción en Spotify tan solo con agitar el móvil. Seguramente no lo vayan a usar muchos, y además en algunos países con restricciones de radar no funciona. Además, el reconocimiento facial no funciona en la mayoría de las apps, por lo que deberás utilizar tu PIN numérico donde en el iPhone podrías usar tu Face ID.
Los móviles Pixel parecen más bien experimentos, cada uno un punto y aparte respecto al anterior, en el que se añaden nuevas prestaciones de hardware y florituras en el diseño mientras esperan que la gente pague cada vez más por la versión de Android de Google.
Sí, por supuesto, la cámara es fantástica. ¿Pero merece la pena pagar 759 € mínimo por una cámara líder en el sector de los móviles si la batería está al 20 % cuando llega el mediodía? Creo que sabemos todos la respuesta. Hay móviles mucho más baratos que ofrecen mejor batería.
Mejores alternativas en todas partes
Si quieres utilizar iOS, tienes que comprar un iPhone, pero estarás satisfecho con lo que ofrece en 2020. Si quieres utilizar Android, el Pixel no será tu primera opción, ya que lo es Samsung. Pero parece que a Google esto no le molesta demasiado.
No estoy sugiriendo que Google fabrique móviles peores a propósito, ni que añada funciones poco útiles para que Samsung siga siendo así de popular. Sin embargo, estas decisiones hacen evidente que el equipo detrás del Pixel no tiene el objetivo de crear un dispositivo superventas. Desde un punto de vista financiero, a Google le interesa más que sus OEMs sigan siendo competitivas dentro del mercado para que Android siga siendo el sistema operativo para móviles más popular del mundo.
Los buques insignia de Google son unos dispositivos caros minoritarios que son una especie de zona de recreo para la compañía. Se comenta que Google organizó competiciones internas para escoger el diseño del Pixel 4, algo que sorprende del equipo de diseño del hardware de una compañía de este calibre.
Solo para entusiastas
Como lo evidencia el sector de los móviles, esta estrategia está presentando ya algunos fallos. Compañías como OnePlus han aparecido de la nada y han sobrepasado al Pixel en menos de cinco años.
Pero no creo que tengamos que fijarnos en eso. El Pixel es simplemente una curiosidad de Google; una gama de móviles caros e imperfectos que parecen redimir sus defectos con unas fantásticas cámaras y las actualizaciones de software garantizadas. El Pixel 4 tuvo suficientes problemas como para considerarlo un dispositivo para entusiastas que tienes que cargar dos veces al día.
Quizás me coma mis propias palabras cuando el Pixel 5 pase a ser el mejor del año 2020. Pero por ahora, seguiré recomendando el Pixel 3a a aquellos que quieran realmente un móvil Google, y los móviles OnePlus (mejores y más baratos) al resto.
No puedes esperar la venta de móviles Pixel solo por sus cámaras. Pero después de que el Pixel 4 fuera todo menos mainstream, no creo que a Google le importe demasiado.
Artículo original publicado en TechAdvisor UK.