Facebook acaba de anunciar la compra de la compañía líder en realidad virtual Oculus VR por 2.000 millones de dólares, en una operación que podría cerrarse en el segundo trimestre el año. El CEO de la red social, Mark Zuckerberg, ha confirmado la operación y ha destacado el potencial de Oculus para “hacer posibles experiencias imposibles”.
En una comunicación con analistas que recoge Reuters, que “la historia de nuestra industria demuestra que cada 10 ó 15 años hay una nueva gran plataforma de computación, el PC, la Web o ahora la movilidad empresa móvil”. La siguiente, según Facebook, puede ser la realidad inmersiva, virtual y aumentada, que podría convertirse en “la próxima plataforma social y de comunicaciones”.
Parece claro que Facebook no quiere llegar tarde a esta futura ola, como le ocurriera con la movilidad. Ahora que ya ha recuperado el terreno perdido en ese campo y cuenta ya con más de mil millones de usuarios activos mensuales en smartphones, es hora de que vaya más allá y la apuesta de futuro es ésta.
Oculus operará como una compañía independiente, aunque los planes de Zuckerberg pasan por extender su radio de acción mucho más allá de los juegos, abriéndose a otro tipo de aplicaciones y experiencias en un entorno completamente inmersivo.